Nociones básicas para la formación en un entorno Web

“Todos desean saber, pero pocos pagar el trabajo que vale.”
(Décimo Junio Juvenal [67-127]; poeta satírico romano)

Vivimos un momento de grandes cambios en la formación en paralelo al desarrollo de las TIC (Tecnologías de la Información y Comunicación). Estos cambios implican cambios en la educación y hacen que aparezca el paradigma de formarse a lo largo de toda la vida, así como de nuevos conceptos, hoy relacionados con la formación, tales como la ubicuidad (la formación siempre presente) y la holoconectividad (el campus siempre con nosotros), que nos permiten las nuevas tecnologías, y nos abren la posibilidad de poder aprender cuando y donde queramos, en un mundo lleno de conocimientos accesibles desde cualquier lugar¹.

Las características definitorias de la formación on-line (FOL) son la no presencialidad, relacionada con la ubicuidad y la holoconectividad; la asincronía, ya que ni profesores ni alumnos deben compartir un espacio-tiempo común, y, por supuesto, el uso extensivo de las TIC, en especial de Internet².

Entre las ventajas de la FOL, se pueden citar las siguientes: una actividad de formación se puede extender a cualquier rincón del planeta; ahorra costes en desplazamientos; puede hacerse llegar a segmentos de alumnos que tienen vetada la formación presencial por motivos geográficos o relacionados con los horarios; el alumno goza de mayor autonomía, decide cuándo y dónde va a ponerse a trabajar; puede permitir que los estudiantes marquen su propio ritmo de aprendizaje; tiende a ser más flexible que la formación presencial, tanto desde el punto de vista del alumno como del profesor, y facilita la actualización de la información y de los contenidos. Todo ello supone salvar una serie de brechas características de la formación presencial.

Entre sus limitaciones hay que tener en cuenta que los alumnos, acostumbrados al modelo tradicional de formación, necesitarán desarrollar nuevas estrategias de aprendizaje que requieren unas competencias tecnológicas mínimas y, por tanto, crea una dependencia tecnológica. Esta dependencia tecnológica puede suponer una nueva brecha, a veces difícil de superar: la denominada “brecha digital”³.

La plataformas de FOL son herramientas informáticas y telemáticas que posibilitan el acceso remoto a los alumnos en cualquier momento y desde cualquier lugar con conexión a Internet, a través de navegadores Web (como Internet Explorer, Firefox, Google Chrome, Opera o Safari), utilizando el protocolo de comunicación http. El acceso es independiente de la plataforma o del ordenador personal de cada usuario. Es decir, utilizan estándares de manera que la información puede ser visualizada y tratada en las mismas condiciones, con las mismas funciones y con el mismo aspecto en cualquier ordenador. Tienen estructura servidor/cliente, permitiendo retirar la información previamente depositada. El acceso es restringido y selectivo y suele realizarse mediante nombre de usuario y contraseña, que pueden ser elegidos en el proceso de alta en la plataforma, o ser proporcionados por el administrador de la plataforma.

Cada plataforma de FOL puede construirse desde la nada, teniendo una estructura exclusiva. Los alumnos y profesores que se incorporen a ella tendrán que familiarizarse con su funcionamiento. FAPap podría ser un ejemplo de este tipo de plataforma. Pero, hoy día, disponemos de plataformas gratuitas que podremos instalar en un servidor, personalizarlas con la imagen de la entidad que imparte el curso, y comenzar a añadirles contenidos y a admitir alumnos en unos cuantos pasos. La más conocida es la plataforma Moodle. Permite el acceso de varios perfiles, como administrador, profesor, alumno, etc.; permite distintas formas de acceso, como cursos abiertos, cursos que requieren inscripción; permite el alojamiento de variados tipos de documentos como presentaciones, pdf, texto, imágenes, sonido, etc.; puede alojar otras utilidades como mensajes entre alumnos o entre alumnos y profesores, mediante foros o chat; pueden alojar exámenes, calendarios de actividades y utilidades varias como fuentes RSS o Blogs. Originalmente diseñadas para el desarrollo de cursos a distancia, vienen siendo utilizadas como suplementos para cursos presenciales, con una frecuencia cada vez mayor.

Para poder visualizar con posterioridad los documentos previamente descargados, modificarlos o elaborar otros nuevos a partir de ellos, es importante contar con una serie de programas informáticos que, en la mayoría de los casos, se limitarían a un lector de documentos pdf, una suite ofimática (para abrir documentos de texto, presentaciones y hojas de cálculo), y un reproductor de medios (para visualizar vídeos o escuchar sonidos). Los documentos pdf (portable format document), tienen la ventaja de que se visualizan igual en cualquier ordenador y con cualquier lector pdf, existiendo lectores gratuitos disponibles para todas los sistemas operativos, el más conocido de los cuales es el Adobe Reader. Así, por ejemplo, si transformamos una presentación en pdf, no importará en qué ordenador se abra, pues siempre se verá igual.

Las suites ofimáticas son un conjunto de programas agrupados que nos permiten abrir y editar archivos de texto, hojas de cálculo y presentaciones. Las más conocidas son Microsoft Office entre los usuarios del sistema operativo Windows, e iWork entre los usuarios de Mac OS X. También existen suites gratuitas que permiten todo esto; de ellas, probablemente, la más completa sea Open Office, que tiene versiones “profesionales” también gratuitas (Oxygen Office para los usuarios de Windows y Linux, y Neo Office para los usuarios de Mac OS X).

Los reproductores de medios son programas que pueden reproducir distintos formatos audiovisuales. Probablemente, los más conocidos sean Windows Media e iTunes. Los archivos de imagen y vídeo suelen ser muy voluminosos, por lo que para manejarlos se usan formatos comprimidos con distintos programas y distintas codificaciones, de manera que necesitaremos un reproductor de medios muy versátil. Tanto Windows Media como iTunes tienden a favorecer a los usuarios de sus creadores, estando sus versiones más actualizadas para los usuarios de Windows y Mac OS X, respectivamente, y no existen versiones para ordenadores basados en linux. Nuevamente, podemos acudir a programas gratuitos e independientes para evitar problemas al reproducir algunos formatos. Personalmente, el reproductor que uso es VLC, que tiene versiones para los tres sistemas operativos y se actualiza automáticamente.

Por último, la documentación del curso queda en la plataforma mientras dura el curso y, en ocasiones, durante un tiempo después. Si pasado un tiempo queremos consultarla, lo más cómodo es haberla almacenado en nuestro propio equipo. Por otra parte, nuestro equipo puede sufrir algún tipo de fallo que nos lleve a perder esa información. Para obviar este problema, existen las copias de seguridad, que pueden realizarse en soportes físicos exteriores a nuestro ordenador (discos duros externos, CD, DVD, Blu Ray, etc) u on-line, con diversos servicios gratuitos o de pago. En ocasiones, los propios proveedores de acceso a Internet proporcionan este tipo de servicios para sus usuarios, aunque siempre podemos contar con otros servicios ajenos al proveedor, que seguirán funcionando independientemente de que cambiemos de empresa. Entre los gratuitos y sincronizables (lo que cambiamos en nuestro ordenador cambia automáticamente en la copia de seguridad), podemos citar Dropbox, Zumodrive y SugarSync.

BIBLIOGRAFÍA

1. Segura-Badía H. Las nuevas tecnologías y la formación médica continuada a distancia. Educ Med. 2006;9:118-26.
2. Grau-Perejoan O. Formación online. Educ Med. 2008;11:139-46.
3. Zapata-Ros M. Brecha digital y educación a distancia a través de redes. Funcionalidades y estrategias pedagógicas para el e-learning. Anales de Documentación. 2005;8:247-74.