CASO CLÍNICO
Acude a consulta un lactante varón de 30 días a su revisión del mes. Toma lactancia materna exclusiva a demanda (cada hora aproximadamente). Refiere la madre que las regurgitaciones que presentaba desde los 15 días de vida se han hecho más frecuentes, y en los últimos 3 días son continuas durante el día y la noche. Además, desde ayer, cuando hace la toma, se retira enseguida y llora, adoptando una postura como de estiramiento… También presenta episodios vespertinos de llanto intermitentes que se repiten a lo largo de la noche, a veces de más de una hora de duración, que ceden parcialmente con masaje abdominal, sin relación con las tomas, y solamente ha tenido una deposición (la noche anterior) desde la última visita a consulta hace 7 días.
Se observa una toma: la madre le ofrece leche materna en consulta, el bebé mama con gran avidez y a los 10 minutos se retira con llanto intenso, con hiperextensión de cabeza, cuello y tronco, cesando a los 4-5 minutos tras retirar lactancia.
Exploración física: buena hidratación de piel y mucosas, peso de 3,140 kg, por debajo del percentil 3 (
Antecedentes personales: nacido con 39 semanas de edad gestacional, parto eutócico, peso adecuado a la edad gestacional (PAEG). Peso de recién nacido de 2680 g (P3-10), talla de 48 cm (P3-10), PC de 34 cm (P3-10). Exploración por órganos y sistemas normal.
Revisión de enfermera de 5 días: toma lactancia materna a demanda (cada hora), caída de cordón umbilical en consulta, deposiciones grumosas (4-5 al día), peso de 2560 g, talla de 48,5 cm, PC de 34,5 cm. Pérdida de peso del 5% con relación al peso de recién nacido (pérdida de peso fisiológica).
Revisión de 7 días en consulta de Pediatría: sigue con lactancia materna cada 60-90 minutos aproximadamente, deposiciones sin cambios. Recupera el peso de recién nacido: 2680 g, talla de 49 cm (P3), PC de 34,5 cm (P3). Los reflejos arcaicos y el resto de la exploración son normales.
Revisión de 15 días: lactancia materna a demanda (cada hora aproximadamente), se aprecian pequeñas regurgitaciones del bebé durante su exploración, que según refiere la madre se repiten varias veces al día, sobre todo tras las tomas. En ningún momento ha habido vómito “en escopetazo”, también refiere la madre algún episodio de llanto por la tarde noche sin relación con las tomas, que cede espontáneamente tras 15-20 minutos, deposiciones grumosas (2-3) al día. Peso de 3000 g (P3), talla de 49,5 cm (P3), PC de 35 cm (P3). Se explica el masaje abdominal durante la crisis del llanto y el tratamiento postural tras las tomas.
Revisión a las 3 semanas: peso de 3080 g (P3), talla de 50 cm, PC de 35,5 cm. Sigue con regurgitaciones tras las tomas y episodios de llanto vespertinos y nocturnos más prolongados, llegando a alcanzar las 2 horas por la noche, y por la tarde alguno de más de media hora; no se acompañan de enrojecimiento facial ni de emisión de heces durante ni tras la crisis de llanto. Deposiciones 1-2/día, grumosas. El resto bien. Se continúa con el tratamiento postural después de cada toma y el masaje abdominal durante los episodios de llanto.
Antecedentes familiares: sin interés.
SELECCIONE LA OPCIÓN CORRECTA
Pregunta 1
En este momento, ¿cuál sería el diagnóstico más probable?:
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Estreñimiento
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Reflujo gastroesofágico (RGE) fisiológico
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RGE complicado: enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE)
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Cólico
Hablamos de estreñimiento en el lactante si tiene menos de dos deposiciones a la semana. Nuestro paciente defecó solamente una vez en los últimos 7 días, pero hemos de tener en cuenta que su contenido intestinal está disminuido, al eliminarlo parcialmente con las regurgitaciones. Disquecia sería si hubiera llanto intenso y enrojecimiento facial de 10-20 minutos en el lactante que intenta hacer deposiciones. No es el caso.
El RGE fisiológico es el paso de contenido gástrico hacia el esófago, con o sin regurgitación o vómitos; los criterios diagnósticos son dos o más episodios al día durante 3 o más semanas en un lactante por lo demás sano (casi hasta un 25% de lactantes lo presentan), y en ausencia de otra sintomatología (hematemesis, fallo de medro, rechazo de alimentación o posturas anormales). Suele deberse a inmadurez “fisiológica” del esfínter esófago-gástrico, a veces puede persistir hasta los 12 meses (máximo 18 meses). Este cuadro recibe el nombre de “lactante regurgitador feliz”.
El cólico del lactante consiste en episodios de llanto e irritabilidad “sin causa aparente” por lo general, con una duración mayor de 3 horas al día, durante más de 3 días a la semana, sin repercusión en su curva de peso o talla (criterios ROMA IV [Tabla 1]). El lactante presenta una curva de peso y talla en percentiles descendentes (además de la otra sintomatología asociada). No cumple los criterios.
Tabla 1. Criterios diagnósticos ROMA IV. Cólico infantil o del lactante.
Se deben incluir todos los siguientes: |
Niño con menos de 5 meses cuando los síntomas se inician y finalizan |
Periodos prolongados y recurrentes de llanto del niño, quejido o irritabilidad reportados por los cuidadores, que ocurren sin causa evidente y no pueden ser prevenidos o resueltos por los cuidadores |
No evidencia de desmedro, fiebre o enfermedad |
Medición prospectiva de 24 horas (h) en las que se observan 3 h de llanto |
El RGE complicado (ERGE) es la respuesta correcta. En la ERGE sí se asocian otros síntomas (deterioro del estado general y del desarrollo, entre otros) (Tabla 2).
Tabla 2. Regurgitaciones, reflujo gastroesofágico y enfermedad por reflujo gastroesofágico.
En este caso consideramos que nuestro paciente puede tener una ERGE, al tener ya repercusión en su curva de crecimiento y presentar intenso llanto durante las tomas, adoptando una posición antiálgica (que nos hace pensar en un síndrome de Sandifer, consistente en movimientos de hiperextensión de cuello, cabeza, y tronco, con rotación de cabeza, que generalmente se presentan durante o inmediatamente después de la ingesta del alimento, y pueden ser secundarios a enfermedad por reflujo gastroesofágico).
Pregunta 3
De los siguientes antisecretores ácidos, ¿cuál sería el de elección?:
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Películas protectoras (ácido hialurónico: Ziverel)
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Neutralización del ácido secretado a la luz gástrico (bicarbonato, sucralfato…)
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Inhibidores de la bomba de protones (IBP)
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Antagonistas de los receptores H2
Las películas protectoras tienen una eficacia controvertida y no están indicadas en lactantes. Los neutralizadores del ácido secretado a la luz gástrica (sucralfato) tienen unos efectos adversos que dependen de la toxicidad del aluminio que contiene, por lo que tampoco están indicados en lactantes. Los antagonistas de los receptores H2 (cimetidina, ranitidina, famotidina) tienen menor potencia antisecretora que los IBP y pueden inducir tolerancia (taquifilaxia) o alargamiento del intervalo QT, si los tratamientos son largos.
Se decide prescribir omeprazol en dosis de 1 mg/kg/día. Es un IBP que reduce la secreción gástrica basal y también la inducida por cualquier estímulo, incluida la comida, al inactivar de forma selectiva e irreversible la ATPasa H/K, eslabón final de la secreción ácida. Los IBP poseen el mejor perfil de eficacia, con efectos adversos nulos o leves si se toman a dosis estándar y menos de 3 meses seguidos; en tratamientos más prolongados sí podría haber en algún caso efectos secundarios debidos sobre todo a la hipoclorhidria y a la consiguiente alteración en la microbiota intestinal (predisposición a infecciones respiratorias, cuadros diarreicos…).
A las 24 horas acude la madre para decir que su bebé ya no llora con las tomas ni adopta posturas “raras”, ni tampoco llora por las noches, pero que sigue regurgitando continuamente durante las tomas y minutos después (hecho que observamos en consulta). Ha ganado 40 g en un día. Sigue sin hacer deposiciones.
Pregunta 4
Ante esta nueva situación, ¿qué sería lo más indicado?:
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Cambiar la leche entera de vaca que toma la madre por leche semidesnatada
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Cambiar la leche de la dieta materna a leche sin lactosa
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Retirar la lactancia materna y sustituirla por una fórmula adaptada tipo digest
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Eliminar todos los lácteos de la dieta materna
Dado el buen estado general del lactante, su buena ganancia de peso en un día, la desaparición del llanto durante las tomas (al regurgitar la leche materna ya sin el ácido clorhídrico que le irritaba la mucosa esofagogástrica), es preferible conservar la lactancia materna, que tantos beneficios tiene, y retirar a la madre todos los lácteos (de vaca y otros mamíferos) y sus derivados. No se consideran relevantes la lactosa y la concentración de grasas de la leche de vaca que toma la madre.
Al día siguiente la madre acude asombrada, pues su bebé no ha vuelto a tener regurgitaciones y ha dormido esa noche 6 horas seguidas sin llanto alguno, ha ganado 90 g en 24 h y ha realizado dos deposiciones “abundantes”. Se decide retirar el tratamiento antiácido.
Se sigue 15 días con esta pauta y a los 15 días el bebé ha pasado de P15), y 1 o 2 deposiciones al día.
Se propone a la madre que tome un poquito de yogur natural ese mismo día (menos de medio yogur) para valorar al día siguiente. El bebé vuelve a tener frecuentes episodios de regurgitaciones, que mantiene en consulta, y llanto inconsolable nocturno. La madre empezará a trabajar en 2 meses y dice que tendrá que darle biberón. Se vuelve a aconsejar la anterior dieta a la madre con exclusión de lácteos y derivados.
Pregunta 5
Y ahora, ¿cómo habría que proceder?:
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Interconsulta preferente con Gastroenterología Infantil
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Derivación a Urgencias Pediátricas
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Seguir con la lactancia materna y derivar al hospital para realizar pruebas complementarias
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Suprimir la lactancia materna y probar con un hidrolizado de proteínas
Ante la sospecha de una alergia a proteínas leche de vaca (APLV), no se considera de momento necesario recurrir a servicios de Urgencia ni Gastroenterología ni retirar la lactancia materna. Parece más adecuado derivar al Servicio de Alergología, mientras el niño sigue con lactancia materna y la madre con dieta de exclusión de lácteos.
A los 4 meses acude a revisión con los resultados de alergia mediante pruebas cutáneas con prick test: caseína +++, β-lactoglobulina +++, α-lactoabúmina ++-; CAP previsto a los 9 meses.
Tiene un peso de 7 kg (P50) y una talla de 63 cm (P45). No ha vuelto a regurgitar, ni a presentar llanto nocturno. Sus deposiciones son consistentes (1 o 2 al día) y el resto de la exploración es totalmente normal.
Con el diagnóstico de APLV, se le prescribe un hidrolizado de proteínas de leche de vaca con lactosa para completar la leche materna, cuando la madre se reintegre a su trabajo en 15 días. No se le retiró la lactosa porque el paciente se encontraba sin sintomatología digestiva alguna con la lactancia materna, y su mucosa intestinal no tenía por qué encontrarse inflamada ni producir menos lactasa.
Al quinto mes, ya con lactancia mixta, el niño presenta un excelente desarrollo general, con curvas antropométricas en percentiles ascendentes (>P50), peso de 8 kg y talla de 67 cm (Figuras 1 y 2).
Figura 1. Percentiles de peso del caso clínico según gráficas de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Figura 2. Percentiles de talla del caso clínico según gráficas de la OMS.
Diagnóstico final
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Alergia a proteínas de leche de vaca.
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Vómitos y regurgitaciones persistentes con llanto intenso.
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Estancamiento ponderal.
DISCUSIÓN
Se ha realizado un diagnóstico precoz en un bebé que tomaba lactancia materna exclusiva, con episodios de regurgitaciones y vómitos continuos, descenso en su curva de peso y talla, llanto durante las tomas que le hacía adoptar posturas antiálgicas (lo que recuerda a un síndrome de Sandifer) y también llanto intenso nocturno (tipo cólico) que presentaba “sin causa aparente” (Figura 3). Se resuelve todo el cuadro en cuanto se retiran los lácteos en todas sus presentaciones a la madre. Y tan solo 4 horas tras la reintroducción en la dieta materna de una pequeña cantidad de yogur de leche de vaca, nuestro paciente volvió a presentar la misma sintomatología. Se confirma alergia a proteínas de leche de vaca IgE mediada, tras las correspondientes pruebas realizadas en el departamento de Alergología de nuestro hospital de referencia.
Figura 3. Actitud ante el cólico del lactante alimentado con leche materna exclusiva. Mostrar/ocultar
La alergia alimentaria es una reacción de hipersensibilidad a alimentos, mediada por un mecanismo inmunológico (IgE dependiente o no). Su prevalencia va aumentando; sobre todo en los últimos 20 años. Existen también cuadros similares no mediados por mecanismo inmune (intolerancias metabólicas, farmacológicas, tóxicas) (Figura 4).
Figura 4. Clasificación de la hipersensibilidad alimentaria. Mostrar/ocultar
La alergia o intolerancia a proteínas de leche de vaca (APLV/IPLV) aparece sobre todo en edades tempranas de la vida, por ser la primera proteína extraña que se introduce en la dieta del lactante, y es más frecuente en países desarrollados (1-3%).
Los alérgenos de la leche de vaca (Tabla 3) son termorresistentes y presentan reacción cruzada con leche de otros mamíferos. La sensibilización más frecuente es a la caseína. Es importante recordar que existe reactividad cruzada entre leche de mamíferos, especialmente entre bóvidos (vaca, cabra, oveja) y es menos frecuente con la leche de suidos (cerda), équidos (yegua, mula) o camélidos (no tienen β-lactoglobulina, como la leche humana).
Tabla 3. Principales proteínas en la composición de la leche de vaca. Mostrar/ocultar
Proteína |
Alérgeno |
Peso molecular |
Sensibilización en APLV (%) |
Reacción cruzada |
Características |
Caseína (80%) |
Bos d 8 |
20-30 |
|
|
Alérgeno mayor Termoestable |
α-s1-caseína |
Bos d 9 |
23,6 |
98 |
>85% de leche de cabra, oveja |
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α-s2-caseína |
Bos d 10 |
25,2 |
94 |
|
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β-caseína |
Bos d 11 |
24 |
91 |
|
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κ-caseína |
Bos d 12 |
19 |
91 |
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Proteínas séricas (20%) |
|
|
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α-lactoalbúmina |
Bos d 4 |
14,2 |
51 |
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Alérgeno mayor Superfamilia de lisozimas |
β-lactoglobulina |
Bos d 5 |
18,3 |
61 |
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Alérgeno mayor Familia de lipocalinas Termolábil Proteína sérica más abundante No está en la leche humana |
Seroalbúmina |
Bos d 6 |
67 |
43 |
15-20% carne de ternera |
|
Inmunoglobulinas |
Bos d 7 |
160 |
36 |
|
|
Lactoferrina |
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80 |
35 |
|
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La clínica más frecuente entre las reacciones inmediatas es la cutánea (85%) y la más grave la anafilaxia (2-4%). Entre las reacciones tardías la clínica suele ser digestiva (RGE, esofagitis eosinofílica, rechazo de lácteos, enteropatía sensible a proteínas vacunas).
El diagnóstico de APLV se realiza sobre la base de una historia clínica compatible y mejoría tras la supresión de la leche. Se confirma con las pruebas alérgicas correspondientes (Figura 5).
Figura 5. Diagnóstico de la APLV. Mostrar/ocultar
Este diagnóstico de sospecha precoz quizás evitó a este lactante padecer sintomatología cutánea o incluso anafilaxia (más raro), si se hubiera expuesto a un biberón de fórmula adaptada.
CUADERNO DEL PEDIATRA
-
La clínica de APLV se presenta en forma de reacciones inmediatas cutáneas en un 75-80% o como anafilaxia, que puede ser un cuadro muy grave en un 2-5% (aunque está aumentando su frecuencia) o con clínica digestiva en forma de RGE, llanto con las tomas, rechazo de biberón en un 13-30%.
-
Puede manifestarse durante la lactancia materna exclusiva.
-
También hay que pensar en APLV en lactantes y preescolares con sintomatología digestiva (disfagia, regurgitaciones frecuentes, llanto, anorexia, estreñimiento, anemia ferropenia, rechazo de lácteos), respiratorios (sibilancias, tos persistente). En algún caso se ha demostrado su sensibilización a distintos alérgenos de proteínas de leche de vaca tras realización de pruebas pertinentes, con la desaparición de toda esta sintomatología tras la retirada de los lácteos.
BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA
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